Una Visita inesperada. [Privado]

El finlandés piso tierra mediterránea después de un largo viaje en avión, había venido a pasar un fin de semana sin mucho más que hacer. Al principio no estaba seguro de venir a tomarse unos días por Grecia, mas viendo que no tenía mucho que hacer en su casa y tenía unos días de vacaciones pensó en visitar un lugar algo lejanos… justo ese día encontró una vieja carta de Heracles y pensó en visitarlo, además, ¿que podía perder?. Tomo sus maletas y se dirigió al aeropuerto a un avión vía a Atenas.

Como llego sin avisar no sabía si ir directo a su casa o llamar, opto por lo segundo y marco el número de griego.


-Atiende…atiende…-vio el cielo desde afuera del aeropuerto esperando que le contestara rápido.

Estaba tendido sobre un sillón, vestía un pantalon ceñido y una camisa blanca ligera, el calor de la tarde lo estaba matando. Oyó sonar el teléfono y dudó un poco en contestar. Trató de ignorarlo pero el ruido le taladraba los oídos así que se levantó y tomó el auricular.

-¿Diga? -contestó arrastrando las palabras, abatido por haber perdido la batalla contra el calor...

Se acercó un pequeño banco y se sentó demasiado cansado.

Escucho el tono de voz del griego y se sintió un poco mal, tal vez le estaba molestando. Trago en seco y se dispuso a contestar.

-ehm, ¿Heracles? E-..Es Tino, sé que es inoportuno pero… ehm, acabo de llegar a tu casa y…-sintió la cara arder de la vergüenza, ¿cómo pudo ir así sin decir nada?- quería ver si me podías venir a buscar... ¡Si es mucha molestia olvídalo por favor! –casi hecho un gritillo al instante, el se las podía resolver solo…. Tal vez.

Espero la respuesta del otro ya casi sudando de nerviosismo, además el calor de ese lugar era extremo, se podría desmayar en cualquier momento.

-hum...

¿Que finlandia se había perdido? Se giró en su lugar viendo al exterior. Hacía demasiado calor... ¿quién lo visitaba cuando no podía ni concentrarse bien a estas horas? Lo meditó unos momentos, dando un sorbo a su bebida antes de continuar.

-¿Estás en el aeropuerto? -preguntó con el mismo tono de voz tranquilo. Nunca podría dejar solo a nadie, y menos si estaba perdido. Hace tiempo que no tenía visitas por su casa si no eran para molestar, la llegada de Tino (si es que así se llamaba) eran buenas noticias. Al menos ya no estaría tan solo.

-Dime donde estas y paso a buscarte.

Al recibir respuesta su cara se ilumino por un momento, no esperaba respuesta tan positiva y seguramente el otro le salvaría la vida.

-s-..Si estoy afuera del aeropuerto, aquí lo espero, muchas gracias muchas muchas gracias!-agradeció varias veces, le podía poner un altar al otro solo por su amabilidad- de aquí no me muevo, gracias de nuevo- sin más, tranco el teléfono.

Se sentó en la acera suspirando y esperando, rezaba por qué no se demorara tanto; tenía la cara toda roja del calor y le costaba adaptarse a tanta gente, ruido, calor. De donde el venia siempre estaba con ambiente ligeramente frio y muy poca gente en las calles.

Apoyo su cabeza en su maleta y cerró los ojos un momento, tratando de apaciguar el calor.